Que la Maestra Paula Paredes es una de las ajedrecistas peruanas más talentosas y creativas de la joven generación no es una novedad. Lo demuestran sus varios trofeos y medallas ganados en torneos nacionales e internacionales. Sin embargo, ella sabe que no lo ha hecho bien en esta olimpiada juvenil pues únicamente ganó tres partidas, empató tres y perdió cuatro. Es consciente de que no ha producido ninguna partida notable y que por el contrario ha tenido partidas muy inferiores. Quiero permitirme señalar tres aspectos sobre los cuales considero que la jugadora trujillana debe poner especial atención. El primero de ellos es el manejo de los finales. Hubo finales en los que Paula estuvo inferior y terminó igualando e incluso ganando, apelando a su garra característica. Pero hubo también finales en los que pudo haber rescatado al menos medio punto y acabó perdiendo, no tanto por méritos del oponente sino más bien por errores propios. El segundo aspecto se refiere a la correcta evaluación de la posición como una herramienta útil a la hora de decidir el curso posterior de la partida. En ese sentido le ha faltado objetividad. Y en tercer lugar, se ha notado una cierta falta de precisión en el cálculo de variantes en posiciones no muy complejas. Esto último es inusual en el juego de Paula pues por lo general ella ha sabido manejar este aspecto de modo adecuado. Así que hay trabajo por hacer.

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Robert M. Cuadros
Septiembre de 2012

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