Siete ‘Abuelos’ Ilustres en El Peñón
Archivado en (Transversalidad) por PHILOCHESS el 05-02-2014
EL DIARIO DE LEONTXO (5 de febrero)
Que el declive de los ajedrecistas de élite empieza hacia los 40 años es un hecho estadístico, pero aún no está claro si se debe estrictamente a la biología. Entre los 100 primeros del mundo sólo hay 14 que nacieron antes de 1975; y 7 de ellos nos deleitan con su sabiduría en el Tradewise Gibraltar Festival. De hecho, bien podría ocurrir que el ganador sea uno de los cuarentones.
Gata Kamsky vs Vassily Ivanchuk © John Saunders
Mientras escribo estas líneas, Vasili Ivanchuk (1969) y Gata Kamsky (1974) han firmado tablas en sólo diez movimientos en la primera mesa. El ucranio, líder en solitario antes de la ronda de hoy, se metió con negras en una variante que prácticamente forzaba al estadounidense a repetir jugadas. Tal desenlace deja a ambos con aspiraciones al primer premio ante la ronda final; sobre todo a Ivanchuk, porque sólo el pujante húngaro Richard Rapport puede alcanzarlo, si tumba con negras al francés Maxime Vachier-Lagrave. Y un tercer candidato veterano al triunfo final es el británico Michael Adams (1971), que conduce las blancas ante el indio Baskaran Adhiban.
Michael Adams vs Baskaran Adhiban © John Saunders
Alejandro Pérez vs Jack Rudd © John Saunders
Si uno se pone a intentar comprender por qué esos catorce siguen entre los cien primeros a pesar de su avanzada edad, se encontrará con hipótesis muy variadas. Por ejemplo, en el caso de Viswanathan Anand e Ivanchuk estamos hablando de dos genios, aunque los periodistas tendamos a abusar de ese adjetivo. Muchos pensamos que el ucranio hubiera sido campeón del mundo con un sistema nervioso un poco más estable; de hecho, en su clase magistral del año pasado nos confesó que, incluso en su madurez, sufre enormemente la presión implícita en los Torneos de Candidatos: “Prefiero jugar cualquier otro torneo”, admitió. Y, aunque sea de refilón, viene a cuento recordar que Magnus Carlsen no sería el nuevo campeón del mundo si Ivanchuk no le gana a Vladímir Krámnik en la última ronda del Torneo de Candidatos de Londres tras perder varias partidas por sus problemas con el reloj (y con los nervios).
Boris Gelfand © María Emelianova
Viswanathan Anand © María Emelianova
Bien distinto es el caso de Borís Guélfand, que no encaja en lo que suele entenderse por “genio”; sin embargo, lleva la friolera de 25 años en la superélite, desde que saltó a la fama tras ganar el fortísimo abierto de la GMA en Palma de Mallorca, 1989. Como él mismo explicaba hace unos meses en una magnífica entrevista con New in Chess, la clave de su éxito mantenido es el trabajo cotidiano durante muchas horas junto a su fiel entrenador, Alexánder Huzman, con disciplina militar. “Mi motivación y mi gusto por el trabajo son los mismos que hace 25 años”, aseguraba el israelí. Ciertamente, la pasión por lo que uno hace es el mejor motor para hacerlo bien durante mucho tiempo.
Nigel Short vs Sebastien Maze © John Saunders
Nikita Vitiugov vs Alexey Dreev © John Saunders
Un tercer motivo para estar tan arriba durante tanto tiempo es la dureza, y los mejores ejemplos son Kamsky y Adams, tipos rocosos donde los haya; para doblegarlos hay que sudar sangre y, por el contrario, ambos son aún capaces de luchar durante horas en posiciones equilibradas hasta vencer la resistencia de sus adversarios. Sería más prolijo analizar al detalle a los otros cuatro abuelos ilustres del torneo –Dréiev, Short, Bologán y Georgiev-, pero sí hay un factor común muy claro: los cuatro exhibieron un talento inmenso desde niños, y eso no se pierde, aunque la rapidez de reflejos, la resistencia física, la motivación y la dedicación ya no sean las mismas.
Viktor Bologan © John Saunders
Anastasia Edakina © John Saunders
En todo caso, los aficionados en general, y especialmente los jugadores jóvenes con aspiraciones, harían bien en seguir de cerca a esos cuarentones, sus partidas y sus análisis. En eso, el ajedrez debería parecerse a esas tribus africanas donde el Consejo de Ancianos es un organismo muy importante y respetado, porque nadie sabe más de la vida que sus miembros. Y no a la sociedad en la que vivimos, ese capitalismo cada vez más salvaje donde muchos mayores de 50 años son poco menos que despreciados, a pesar de que –según las estadísticas de esperanza de vida- aún les quedan tres decenios para transmitir toda la sabiduría acumulada.
Jonathan Wright © John Saunders
Jon Machlik © John Saunders
Un agradecimiento especial a Leontxo García por compartir sus siempre importantes crónicas con Mundo Ajedrez. Igualmente, un agradecimiento y felicitación a John Saunders por su trabajo fotográfico. Asímismo, mi admiración por las sensibilidad artística de María Emelianova.
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Robert M. Cuadros
Febrero de 2014
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